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Cómo combatir la retención de líquidos con la dieta

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El agua es el elemento más abundante del organismo. En un recién nacido supone hasta el 75% de su peso corporal y en los adultos entre el 50 y 60%, siendo mayor en el caso de los hombres.

El agua se encuentra distribuida en diferentes compartimentos: por un lado está el líquido intracelular que es el que se encuentra en el interior de las células, y por otro lado el líquido extracelular, que está fuera de las células y que a su vez se divide en el líquido intersticial, que es el que baña las células y plasma que es líquido que se encuentra formando parte de la sangre.

El cuerpo cuenta con sistemas que regulan y mantienen en equilibrio los niveles de agua y sustancias solubles en los diferentes compartimentos, pero cuando este equilibrio se rompe se puede producir lo que llamamos retención de líquidos. Como consecuencia se forman edemas que es un aumento anormal del volumen de líquido intersticial. Es un problema que suele darse con más frecuencia en mujeres que en hombres.

 

Síntomas

Aunque en principio parezca que se trata de un desequilibrio que no tiene una importancia demasiado significativa, lo cierto es que no es así. Cuando existe un fallo en las hormonas encargadas de regular este tipo de mecanismos, es decir, de eliminar los excesos de agua de nuestro cuerpo, pueden aparecer los primeros síntomas.

La sintomatología es muy variada, pero  se suelen manifestar unos indicios generales como:

  • Hinchazón de extremidades, muñecas, abdomen, manos e incluso cara y ojos.

  • Aumento de peso sin motivo aparente.

  • Cansancio, fatiga y malestar general.

  • Disminución de la micción (orina).

  • Menor flexibilidad en las articulaciones de brazos, piernas, tobillos, muñecas y dedos.

  • Sensación de que zapatos, ropa, anillos o relojes aprietan o están más ajustados de la cuenta.

 

Desde un punto de vista estético, además de aparecer un aumento de peso manteniendo la alimentación de siempre, puede aparecer la temida celulitis. En muchas ocasiones, estos síntomas en lugar de ser tratados con las pautas correctas, se tiende a hacer dietas desesperadas y/o milagrosas, que agravan aún más los síntomas.

¿Por qué se retienen líquidos?

Las causas de la retención de líquidos son múltiples y pueden variar de una persona a otra. Pero las principales causas son:

  • El calor, que dilata los vasos sanguíneos y los deja más porosos, lo cu al favorece la salida del agua de los vasos e impide que los tejidos puedan absorberla.

  • La inmovilidad prolongada, ya sea sentado o de pie.

  • Una alimentación rica en sal y baja en potasio.

  • Una ingesta muy elevada de proteínas hace trabajar más al hígado y al riñón por lo que la eliminación de líquidos se ve afectada y éstos se pueden acumular. Una dieta muy pobre en proteínas puede producir carencia de albúmina (proteína muy presente en la sangre y que es necesaria para la correcta distribución de los líquidos corporales) lo que predispone a tener edemas.

  • Un desequilibrio hormonal, durante el embarazo, los días previos a la menstruación o a la menopausia.

  • Ciertos medicamentos, en particular los corticoides, los antihipertensivos y los tratamientos hormonales.

  • Ciertas enfermedades: la insuficiencia venosa, renal o cardíaca alteran el sistema de regulación de fluidos y provocan edemas más o menos graves.

  • Una mala circulación sanguínea, que impide el proceso de absorción de líquidos.

 

¿Cómo puedes combatir la retención a través de la dieta?

Lo aconsejable es seguir una alimentación equilibrada y variada, repleta de productos frescos y cocinados en casa. Y tener en cuenta lo siguiente:

  1. Beber agua de manera habitual, con un consumo mínimo de 1,5 a 2 litros al día.

  2. Si nos cuesta ingerir agua, siempre podemos tomar infusiones, aguas infusionadas con frutas o caldos no salados. La infusión de café verde con jengibre es muy diurética.

  3. Ingerir alimentos con alto contenido en potasio que favorecen la eliminación de líquidos como el calabacín, la calabaza, patata, champiñones, legumbres, plátano, melón, aguacate, ciruelas pasas o frutos secos sin tostar.

 

Debemos evitar:

  1. Moderar el consumo de sal y sodio.

  2. Cuidado con el queso. Fomentan la retención de líquidos por su alto contenido en sodio. Su consumo debe de ser moderado y a ser posible optar por sus variedades en bajo contenido en sal.

  3. Conviene no consumir alimentos procesados, salsas, embutidos, enlatados, quesos curados, precocinados, ahumados, sopas de sobre, snacks o aperitivos y bebidas refrescantes azucaradas.

 

Además de la dieta es importante:

  1. No fumar ni beber alcohol.

  2. Moverse lo máximo posible. Evitar estar tumbado en el sofá o sentado muchas horas. Y si por razones laborales hay que estar sentado mucho tiempo, evitar coger el ascensor, caminar hasta el trabajo y buscar algún momento en el día para hacer ejercicio.

  3. Utilizar medias elásticas. Ejercen presión sobre los vasos sanguíneos mejorando el retorno venoso.

  4. Consulta con tu médico por si tuvieras cualquier otro problema asociado.

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